18 de abril de 2023
Los avances tecnológicos han traído consigo nuevas formas de delinquir. El acceso ilimitado a la Red permite a los criminales ampliar sus horizontes hasta un número indeterminado de víctimas.
Los delitos informáticos más comunes en España son el fraude y las amenazas, aunque no son los únicos. «A través de Internet se puede cometer casi cualquier crimen que antes se debía producir físicamente», advierte una de las responsables de la unidad de fraudes informáticos de la Policía Nacional.
En el año 2013 se registraron 42.437 delitos informáticos de los que más de la mitad se catalogaron como fraudes o estafas. No existe un perfil concreto de víctima porque este tipo de criminal no da la cara ante el damnificado, no le conoce, por lo que busca robar al mayor número de personas posible.
La estafa que más se da en el ámbito digital es la compraventa de bienes o servicios falsos. El defraudador anuncia la venta de productos a precios relativamente más bajos que el de mercado. De esta forma atrae a un considerable número de víctimas que pagan una pequeña suma por un producto que nunca recibirán. La mercancía comprende desde prendas de vestir hasta aparatos electrónicos. Además, algunos de los estafadores aprovechan este método para hacerse con los datos bancarios del consumidor y sustraer el dinero de sus cuentas.
Estos cibercriminales prefieren robar cantidades de dinero no superiores a 400 euros porque saben que de esta forma cometen delitos castigados con penas menores, que oscilan entre los seis meses y tres años de prisión.
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